Cuando se está al frente de una empresa, por pequeña que sea, es necesario no descuidar ciertas cuestiones, que no pasan nada más por llevar una buena gestión a nivel económico.
Hay que tener mucho cuidado con la imagen que se da a nivel institucional, lo que se refleja hacia el afuera en cuanto a todos sus recursos para generar ventas. Por eso, es hora que eches manos a la obra y analices si tu empresa está fallando en alguno o muchos de los siguientes puntos, a fin de poder remendar los errores y afianzarte en el mercado.
10 errores que pueden dar una imagen pésima de tu empresa
- Ausencia o diseño defectuoso de una página web : Hoy por hoy la simplicidad y la facilidad de navegación son la clave para ofrecer una experiencia de calidad a los visitantes de una página web, para que puedan encontrar fácilmente lo que buscan. Además, es a través de los sitios web de donde surge la primera impresión, que si no es buena, será difícil de remontar debido a la competencia implantada ya en la nube. No es recomendable tener animaciones que distraigan, una navegación desordenada, o una carga lenta de imágenes. Todo eso puede hundirte.
- Carecer de servicio post venta: Una vez entregado el servicio o producto, lo más sano para el circuito de compraventa es contar con una excelente atención post venta. De esta manera podés ganar la confianza de tus clientes, y también sumás chances de que recomienden tus productos y tu atención. Tené en cuenta que el famoso “boca en boca” hoy se ve reflejado en los comentarios de las redes sociales, y tienen el poder de abrirte (o cerrarte) la puerta hacia nuevas oportunidades.
- Mala comunicación visual: cuando hablamos de comunicación visual nos referimos a la imagen online, donde influyen el diseño, los textos utilizados y el feedback con el público. Se refleja también en documentos impresos; los bienes y servicios que se ofrecen, los uniformes y padrón de comportamiento de los empleados; y el diseño de la identidad de la marca. Debe responder directamente a la imagen que la empresa quiere dar desde todos sus ámbitos hacia sus consumidores y potenciales clientes.
- Reducir la calidad del producto ofrecido: darse a conocer, agradar y generar confianza es el primer paso para ganar y retener clientes. Hacerlo mediante un buen producto y servicio es vital, y muy poco viable si, una vez ganada la confianza, se pretende modificar la calidad de lo ofrecido sólo para salvaguardar costos.
- Desorganización: la imagen para un negocio suele serlo todo, o al menos una gran parte. Si tu empresa refleja desorganización, es probable que los clientes salgan despavoridos.
- No aceptar críticas: como mencionamos, los comentarios que afloran en las redes sociales pueden impulsarte o hundirte. Y esto en gran medida dependerá de tu actitud frente a las críticas. Lo mejor es saber aprovecharlas para sacar algo positivo.
- Falta de aptitud: si los empleados no están capacitados o no reciben una formación adecuada, se verá reflejado en la relación con los consumidores, haciendo disminuir su satisfacción como cliente y, en consecuencia, las ganancias del negocio.
- Defraudar expectativas: está prohibido, para mantener una buena relación con los clientes y una imagen intachable, prometer cosas que de antemano se saben imposibles de cumplir.
- No asumir las propias limitaciones: desconocer el stock, la capacidad productiva y la falta de recursos para externalizar ciertos procesos, son algunas de las claves del fracaso.
- Renovación constante de personal: por eso, si cada dos por tres hay una cara nueva en la atención, difícilmente se establezca un nivel de confianza sostenido por parte del cliente.